Más allá del desfile de autoridades y el álbum de fotos, la cumbre de la OTAN ha dibujado un mundo nuevo. Realineamiento de bloques en una especie de segunda edición de la guerra fría con los aliados definiendo a Rusia como una amenaza, a China como un desafío, y perdiendo influencia en el sur global.
En términos organizativos, la cumbre ha sido un éxito y ha permitido a España recuperar peso en la escena internacional y revalidar posición en Europa. Entre los acuerdos adoptados, pocas o ninguna sorpresas. Es más interesante empezar a pensar en los silencios, en lo que no se ha mencionado y se necesita abordar con urgencia. Conviene no olvidar que en esta guerra los tiempos los está marcando Putin.
1. La OTAN ha preparado la guerra, pero no la paz.
Aunque el desenfreno veraniego al que nos acercamos tras dos años de pandemia indique lo contrario, estamos en guerra. Una guerra que se antoja larga y en la que aún no ha llegado el momento de la desescalada.
Sigue leyendo en info.es