Este domingo se presentó oficialmente Sumar, con Yolanda Díaz al frente, después de casi dos años de preparación. El elefante blanco en la habitación era, como es sabido, la decisión de la dirección nacional de Podemos de no acudir al acto, simbolizando así su no participación en el nuevo proyecto. A nadie se le escapa que el ultimátum dado para acudir o no a Magariños no es el final de nada. Ambos seguirán negociando hasta el día en que haya que presentar listas para las elecciones generales, aunque antes se habrán medido fuerzas en autonómicas, municipales y el previsible desfile de referentes de Podemos que, más allá de lo que su dirección nacional opine, migrarán hacia las filas de Sumar, como apuntan ya muchos movimientos. Sumar echa a andar con quince organizaciones y la ausencia oficial de la dirección nacional de Podemos. El argumento utilizado por los morados para no acudir es conocido: la negativa a firmar un acuerdo bilateral donde se garantizara la celebración de primarias abiertas. ¿De verdad este es el obstáculo? Resulta difícil de creer. La clave se puede encontrar pensando qué es lo que Sumar quiere sumar.
1.- Sumar a muchos de los que estuvieron y de los que pudieron estar.
Sumar consiguió aglutinar el domingo a quince formaciones y caras muy significativas de la izquierda. Muchos eran los mismos que estuvieron en aquel momento mítico de 2015, cuando nació Podemos recogiendo la estela del 15M. Otros, que no estuvieron, como Chunta Aragonesista o Batzarre, pero que quizá ahora puedan incorporarse.
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