El escenario de incertidumbre global dificulta notablemente la posibilidad de establecer predicciones incluso a corto plazo. ¿Hubiéramos acabado el año con las buenas cifras de empleo que terminó 2022 si la reforma laboral no se hubiera aprobado por aquella grotesca carambola? Es muy posible que no. Sin embargo, hay tendencias de fondo que se conocen y que ayudan a trazar algunos escenarios.
El año 2022 fue la constatación de que, pese al triunfo de Biden, el trumpismo, que consiguió el apoyo de más de 55.500.000 electores, estaba lejos de haber fenecido. El 2023 arranca con un nuevo episodio en esta misma línea, esta vez en forma de tensiones dentro del Partido Republicano, hasta el punto de que algunos de sus miembros más ultras en la Cámara de Representantes se han negado reiteradamente en las últimas horas a votar por el candidato de su partido, McCarthy. Se comprueba así cómo, una vez el populismo de extrema derecha entra en escena, es muy difícil sacarlo, ni aunque su principal víctima sea, en este caso, su propio partido.
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