El debate público que dirigen las élites político-mediáticas en España está tan crispado y envenenado que ya nada se libra de entrar en la espiral de la descalificación. Ni siquiera aquellos asuntos que a priori pudieran considerarse objeto de acuerdo escapan al engranaje de la trituradora de la discusión pública. El ejemplo de Palestina es uno de ellos. Aunque ya no se recuerde, el Congreso aprobó en noviembre de 2014, con 319 votos a favor, 2 abstenciones y 1 voto en contra, una proposición no de ley que instaba al Gobierno a reconocer a Palestina como Estado buscando una acción “coordinada en concierto con la comunidad internacional”. En los 319 votos a favor estaban los de socialistas y populares y en aquellos momentos era Rajoy quien ocupaba la Moncloa.
Las primeras reacciones de Feijóo y Sánchez el pasado fin de semana tras el ataque de Hamas …..
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