Como describía este domingo Angel Munárriz en este trabajo, corren tiempos de descontento y movilizaciones que conviene entender y analizar en profundidad. Por mucho que la música de fondo suene reaccionaria, sería demasiado fácil ver en la extrema derecha y en quienes ansían la caída de este Gobierno la mano que agita las revueltas; lo cual no significa que esa oposición ultraconservadora no utilice a favor de sus objetivos cualquier signo de malestar social.
Llevamos una década hablando de crisis de representación y generalmente lo hacemos respecto a los políticos. Se nos olvida a menudo que esa crisis, que de forma tan clara expresaron los indignados del 15M, no se circunscribía al Congreso de los Diputados, parlamentos autonómicos y grandes ayuntamientos. Extendía su crítica al conjunto del establishment, incluyendo también a organizaciones sociales, sindicales o patronales, que habían perdido en buena medida la confianza de quienes decían representar. Sigue leyendo en infolibre.es