El pasado mes de abril, en plena emergencia de la primera ola del coronavirus, un artículo publicado en la revista Forbes haciéndose eco de un informe basado en datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), afirmaba que los países que en aquel momento tenían menor número de muertes por covid estaban gestionados por mujeres. Enseguida surgió la pregunta de si las mujeres gestionan mejor la pandemia que los hombres, si existía en la condición femenina un plus que le daba ventaja sobre la masculina.
El tiempo se ha encargado de ir enturbiando cualquier hipótesis monocausal sobre la pandemia, ya que países que en un momento eran modélicos luego dejaron de serlo, y viceversa. Pero merece la pena profundizar en el asunto. Y más en este 8M, trufado de confusión, de debates intrafeministas y de desdichadas simplificaciones.
Los siete países que en aquel trabajo se señalaban de manera positiva eran Alemania, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda y Taiwan. Si se tiene en cuenta que sólo en 20 naciones del mundo la jefatura de Estado o de gobierno la ostentan mujeres, como se muestra en este interesante mapa de ONU Mujeres, realmente que siete de ellos fueran los mejores, llamativo.
Enseguida llegaron interpretaciones sobre el apego de las lideresas, por la propia naturaleza de su género, a los cuidados, la prudencia y a poner la vida por delante de la economía. Sin embargo, un análisis más profundo llevaba a desterrar la hipótesis. Desde nuestro entorno más cercano, la misma Comunidad de Madrid, hasta Estados orientales como Myanmar (en aquel momento), gobernados por mujeres, no han sido precisamente una muestra del cuidado y… Seguir leyendo en infolibre.es