El 9 de mayo se celebra el Día de Europa por ser el aniversario de la histórica Declaración Schuman, en la que el político francés de origen germano-luxemburgués expuso su idea de una nueva forma de cooperación política en Europa que acabaría definitivamente con la guerra entre naciones del Viejo Continente. Su alegato se considera uno de los principios de lo que hoy es la Unión Europea.
Pero más al Este, en Rusia, el 9 de mayo se celebra el Día de la Victoria, conmemorando la expulsión de los nazis del país en 1945. Moscú organiza en ese día un imponente desfile militar. Esta vez, la celebración del 77 aniversario de la “desnazificación” de Rusia se celebrará en plena ofensiva sobre Ucrania, donde Putin pretende estar llevando a cabo una “operación” de guerra de idéntica naturaleza “antifascista”. No es de extrañar que se hagan cábalas sobre la posibilidad de que aproveche la efeméride para “declarar” oficialmente la guerra a Ucrania o para intensificar el ataque, ya que no puede celebrar una victoria que se le resiste. Sea como sea, la Rusia de Putin ha cambiado su geopolítica y, con ella, la de todo el planeta. La coincidencia en las fechas no deja de ser un guiño de hasta qué punto los destinos de Rusia y Europa se han jugado siempre en un mismo tablero. Sigue leyendo en infolibre.es