Dice el cuento de la rana y el escorpión que el escorpión le pidió a la rana que lo cargara a sus lomos para cruzar el río, a lo que la rana le dijo: «¿Cómo sé que no me picarás?» El escorpión respondió: «Porque tú morirías y eso haría que ambos nos ahogáramos». La rana aceptó; y a la mitad del río el escorpión picó a la rana. Cuando el moribundo batracio preguntó a su verdugo: «¿Por qué… si los dos vamos a morir?», el escorpión respondió: «Es mi naturaleza». Algo así les pasa a los partidos cuando tienen que llegar a acuerdos con formaciones no muy cómodas: Está en su naturaleza.
La naturaleza de todo partido político es alcanzar cuanto mayor cota de poder mejor. Una de sus funciones más importantes es articular los intereses de la sociedad y representarlos en las instituciones y en los ejecutivos, algo que harán en la medida en que consigan esas cotas de poder. En eso consisten las democracias liberales y nadie debería escandalizarse, es plenamente legítimo.
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