La crisis climática actúa como agravante de problemas sociales dando lugar al fenómeno conocido
como “crisis global”. En este artículo se mencionan tres ejemplos de estas repercusiones socioeconómicas: el incremento de la desigualdad, de la brecha de género y de conflictos. A continuación, se citan tres de los hándicaps que presentan las democracias para gestionar esta crisis – la rendición de cuentas a corto plazo, la visión global en un mundo sin gobernanza global, y la complejidad que implica repensar el rol de los expertos. Finalmente, se apuntan a modelos de co-creacion de políticas, como el de las Misiones de la Unión Europea u otros procesos de participación para acelerar la transición justa.
Acostumbrados como estamos a oír hablar de cambio climático rodeado de una multitud de datos y
gráficos a menudo se olvida que la crisis climática, cuando interacciona con las sociedades en las que se deja sentir, da lugar a lo que llamamos “cambio global”, es decir, un conjunto de alteraciones provocadas de una forma u otra por el cambio climático y sus múltiples repercusiones.
Para entender las características de estos cambios es necesario aproximarse al fenómeno desde un enfoque sociopolítico. Tenemos notables conocimientos que muestran los efectos bio-físicos del
cambio climático, su afección a toda la biosfera, e incluso sus repercusiones económicas. Sabemos menos, sin embargo, de cómo esto afecta a las sociedades y menos aún de cómo hacerle frente.
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