Ahora que la ultraderecha marca el paso a los conservadores en Europa, Sánchez tiene una oportunidad para ejercer liderazgo socialdemócrata
Desde que la democracia de audiencia y la sociedad del espectáculo ordenan el espacio público nuestra atención va saltando de un asunto a otro en función, en buena medida, de las imágenes que recibimos. Las que llegan de Afganistán nos sobrecogerán unos días, pero cuando las cámaras se apaguen otros temas ocuparán la conversación. No es el primer conflicto en que esto ocurre y no será el último.
Nos encogieron el alma las imágenes de pequeños, y muy pequeños, cruzando a nado a Ceuta empujados por la estrategia inhumana de su Gobierno. Nos enorgulleció entonces ver al Ejército, a la Guardia Civil y a las ONG echando una mano a los niños para llegar a la orilla, salir a la playa, abrazarse desconsolados a una cooperante y ser entretenidos por los soldados. Tres meses después, cuando las cámaras han abandonado Ceuta, sabemos que el Ejecutivo español ha iniciado su expulsión sin cumplir los procedimientos establecidos, causando escándalo entre fiscales, el Defensor del Pueblo, el Comité de Derechos del Niño de la ONU y entidades sociales que trabajan sobre el terreno. Las medidas cautelares han sido confirmadas por… Seguir leyendo en elpais.com