Una década después del 15-M, los dos partidos que se reclamaban herederos de la nueva política viven sus momentos más críticos
Una década después del 15-M, los dos partidos que se reclamaban herederos de la nueva política viven sus momentos más críticos. Este 15 de marzo, el mismo día que Pablo Iglesias anunciaba en redes sociales su renuncia a la vicepresidencia del Gobierno de España para encabezar una candidatura a la Comunidad de Madrid, Ciudadanos se desangraba en una ejecutiva que solo momentáneamente puede detener lo inevitable.
En el movimiento de Pablo Iglesias convergen, al menos, dos amenazas y dos oportunidades. Entre las primeras, el riesgo cada vez mayor del “abrazo del oso” y el peligro cierto de que Podemos quedara fuera de la Comunidad de Madrid por no superar el 5% de barrera electoral. Como oportunidades, la posibilidad de volver a erigirse en salvador de la izquierda —esta vez, además, frente a una derecha extremada— y una vuelta a lo orgánico para recomponer la organización, recuperando la vieja máxima de que es antes el partido que el Gobierno.
Ciudadanos sufre aún las consecuencias de esa negativa a posibilitar un gobierno con Pedro Sánchez en 2019, contradiciendo el discurso de partido bisagra que le había visto nacer con éxito. Albert Rivera se retiró y la formación naranja no fue capaz de sobrevivir al relevo de su fundador, prueba de madurez de… Seguir leyendo en elpais.com