Si tenemos el convencimiento de que la retirada de mascarillas en exteriores es un éxito, asegurémoslo, fortaleciendo la gobernanza que lo ha hecho posible
Ahora que, en ámbitos tan diversos que van desde los grandes paradigmas económicos internacionales hasta la política catalana, se lanzan propuestas destinadas a cambiar el rumbo rompiendo las inercias, es momento de extender este impulso hasta abarcar todo lo aprendido en la pandemia. En España, sobre todo, en aquellos temas en los que el Gobierno se la juega, y que tienen que ver con la desigualdad, la pobreza, el paro, la salud o la factura de la luz, entre otros.
En unas horas, el Consejo de Ministros aprobará la retirada de mascarillas en los espacios abiertos, acto que, con todas las cautelas que la prudencia impone, simboliza el principio del fin de la pandemia. Si algo ha dejado en evidencia en España esta tremenda crisis sanitaria es que somos un país plural, diverso y complejo, algo que puede entenderse como fuente de problemas o como crisol de oportunidades.
El Gobierno ha articulado mecanismos de eso que llamó (reiterativamente) “cogobernanza” mediante espacios de cooperación informales, foros de coordinación interterritorial, y un mayor papel de la Conferencia de Presidentes. La puesta en marcha de estos espacios supone la constatación de que la victoria de unos depende de la de otros. Sin el trabajo del Gobierno español las comunidades autónomas no hubieran podido gestionar el desafío que ha supuesto la pandemia, y sin el trabajo paciente, pegado al terreno, de dichas comunidades y los municipios, hoy el Gobierno de España no podría anunciar el fin de las mascarillas en… Seguir leyendo en elpais.com